SUMARIO DE LA ANTERIOR
El académico uruguayo Eduardo Cuitiño, Licenciado en Matemáticas, exploró la serie de crímenes ocurridos en Londres, en 1888.
En la aproximación a los sucesos fueron dados los detalles de las injurias padecidas por las víctimas, todas mujeres y prostitutas.
El columnista previno sobre la inconveniencia de la lectura por niños. Y valida la reiteración por la naturaleza de la temática.
CONTEXTO CRÍTICO DE LA SOCIEDAD VICTORIANA
Un espectacular salto atrás en el tiempo, equivalente a un siglo y cuarto, es la primera fase de la aventura indagatoria propuesta por el pesquisador compatriota Eduardo Cuitiño.
Se hace necesario pues, saber en qué terreno caemos. Ello dará mayor claridad al recorrido que cada uno de nosotros hará, muchas veces en compañía del autor.
Se conoce como época victoriana al periodo que coincide con el reinado de Victoria I (1837-1901), en que el Reino Unido se convirtió en primera potencia mundial.
La consolidación económica, con bases en el sistema colonial y la industrialización, definen ese momento histórico. Las reformas políticas y las luchas sociales atemperarán el poder de la nobleza y otorgarán espacio al socialismo evolucionista inglés. Un nuevo estado de conciencia despierta en Europa bajo las banderas de la Asociación Internacional de Trabajadores.
La moral victoriana se asentaría en el resguardo de la prosperidad material del núcleo dirigente, haciendo prevalente sus valores éticos.
CALDO SOCIAL DE CULTIVO
A mediados del siglo XIX, Inglaterra experimentó una voluminosa inmigración, buena parte irlandesa. La obtención de un salario de subsistencia impulsó ese movimiento. La sobrepoblación emergente llegó al East End de Londres. A partir de 1882, refugiados judíos de la Europa zarista y del este llegaron al distrito. Caracterizaba la situación el decaimiento en las condiciones de trabajo, vida y vivienda y el incremento de una capa o subclase necesitada. Algunos la calificaron como “lánguida y perezosa, sin trabajo, sin formación laboral y sin futuro”, lo que también otros han repetido para diferentes instancias históricas.
Ganaron terreno los robos, la violencia y la adicción al alcohol. La pobreza endémica arrastró a muchísimas mujeres a la prostitución.
En octubre de 1888, la Policía Metropolitana de Londres estimó que había un total de 1200 prostitutas y 62 burdeles en Whitechapel (Capilla Blanca).
Las tensiones sociales crecieron. Entre 1886 y 1889 las manifestaciones, como la del 13 de noviembre de 1887 (conocida como Domingo Sangriento), generaron descontento urbano y represión sañuda. Dos mil policías, más soldados dejaron en las calles cientos de heridos y dos muertos.
La delincuencia, el racismo, los disturbios y la miseria fotografiaban ese punto crítico. Los moralistas sentenciaron que el barrio era “la madriguera de la inmoralidad”.
Un criminal desconocido, Jack, bautizado indistintamente como “El asesino de Whitechapel” o “El hombre con delantal de cuero”, entró en acción. Su perfil: un psicópata feroz. Sin perjuicio de esta calificación central, algunos criminalistas han advertido en el sujeto elementos concurrentes de astucia, eficacia, frialdad de cálculo, pericia, más una desbordante obsesión, que lo hacía temible en grado superlativo.
El ilustre escritor George Bernard Shaw (1856-1950), humorísticamente lo calificó como un “genio independiente”, aludiendo seguramente a otras formas de matar…
¿Cómo llega el autor del libro a aproximarse al asesino?
Lo explicará en la venidera nota.